El desayuno

Adoro desayunar. Casi, casi, casi se podría decir que es mi comida favorita (aunque la mayor parte de las veces me la salte). Es una comida a la que me gusta dedicarle su media hora, más si es en fin de semana y puedo combinar mis tostadas con una buena lectura o el periódico. Y es que para desayunar con propiedad se necesita tiempo, cosa que generalmente entre semana, a esas horas, me falta.

Sin embargo, el reino de los desayunos peligraba cuando comencé este reto: leche, café, pan y muchas veces, tomate, ¡vienen envasados! ¿Cómo puedo desayunar sin tardar mucho en preparar los alimentos? Dejándolo ya preparado, y es que ¡no todo tiene que ser prefabricado para que sea fácilmente conservable!

Como aún hay en casa suministros de café y leche que tenemos que agotar antes de pasar a preocuparnos por eso, por ahora solo tengo que pensar en las tostadas. A mí me encantan con aceite y tomate, así que he buscado una opción más sostenible para poder desayunar cada mañana de forma saludable y veloz.

Mi alternativa al pan de molde del supermercado es un pan de molde casero hecho con harina integral de trigo, harina de centeno y harina de fuerza. Lo mejor que tiene es que aguanta perfectamente una semanita en la nevera casi como el primer día, por lo que lo haces durante el fin de semana y te olvidas de prisas y preocupaciones. Eso sí, es importante guardarlo en un tuper o bolsita. Yo lo guardo en una bolsa de pan de molde que reutilizo.

Aquí os dejo la receta y si os animais a probarlo, ¡contadme!

Ingredientes:

  • 200g de harina de centeno.
  • 200g de harina de trigo integral.
  • 100g de harina de fuerza.
  • 150ml de leche.
  • 150ml de agua.
  • 20g de mantequilla o 1 cucharada de aceite de oliva.
  • 1 cucharadita de sal.
  • 1 cucharadita de azúcar moreno o miel.
  • 20g de levadura fresca de panadería.

Lo primero que hay que hacer es preparar la levadura. Para ello, mezclamos y templamos el agua y la leche y disolvemos la levadura fresca en ella. Es importante que el líquido esté templado y no frío para favorecer la activación de la levadura. De lo contrario, ¡podría llevarnos muchas mas horas hacer nuestro pan!

Mientras la levadura reposa 8unos 15 minutos), tamizamos los tres tipos de harina en un cuenco, y le añadimos la mantequilla/aceite, la sal y el azúcar. Lo disponemos todo para que forme un pequeño cráter en el centro, en el que echaremos la mezcla de levadura.

Con una cuchara de madera, empezaremos a mezclar los ingredientes cuidadosamente arañando la pared del cráter cada vez que revolvemos. Esto ayudará a que no se formen grumos y se vaya formando la masa lentamente pero bien mezclada. No tardaremos mucho en tener una masa consistente. Otra de las ventajas de hacerlo así es que si hemos puesto demasiada harina (o la que hemos usado es muy gorda), la masa no la agregará, por lo que se quedará en el cuenco y evitaremos que nuestro pan sea un mazacote.

Cuando tenemos la masa consistente, enharinamos una superficie y amasamos un par de minutos el pan. Lo ponemos dentro de un cuenco engrasado con un poco de aceite y lo cubrimos con un paño. Tiene que levar hasta doblar su volumen. Aquí también es importante la temperatura del ambiente (recuerda: ¡caldeado!).

Cuando ya haya levado, lo volvemos a amasar un poco y le damos forma de barriga. Lo metemos dentro de un molde de cake y lo dejamos reposar otra media hora. Finalmente, lo horneamos durante media hora a 180ºC y al sacarlo, desmoldamos el pan y lo dejamos reposar sobre una rejilla para que no se humedezca.

No olvides guardarlo bien protegido en la nevera para que no se te eche a perder y ¡a disfrutar!

Eligiendo ropa (parte 1)

Estas Navidades, y con el Proyecto 333 en mente, hice una maleta minimalista para ir a casa a pasar las vacaciones. Esta maleta incluía 3 pantalones, 2 jerseyes y 7 camisas/camisetas. He de decir que lo que al principio pensé que sería una buena elección, luego acabó derivando en looks bastante parecidos y en dos semanas y media ya me había aburrido de mi ropa.

De este miniexperimento aprendí dos cosas:

  1. A la hora de elegir la ropa, hay que pensar en todas las distintas opciones con las que te puedes encontrar en ese tiempo y que pueden requerir una vestimenta especial.
  2. Recuerda elegir prendas muy distintas entre sí, de modo que con pequeñas variaciones sientas que tu look ha cambiado completamente.

Mi mayor fallo fue que pensé en estar cómoda y me llevé aquellas prendas que más me gusta usar, sin caer en la cuenta de que casi todas eran algún tipo de camisa/camiseta negra. Esto, junto con el hecho de que solo había llevado pantalones vaqueros y pantalones negros, hice que sintiese que iba siempre con la misma ropa (cosa que mi abuela, muy en su línea, tuvo a bien decirme).

Pero de todo se aprende y ahora tengo muy claro que en la variedad está el gusto, como tanto hemos escuchado. Esta vez, para elegir la ropa que voy a usar estos tres meses, lo estoy haciendo de otra manera.

Para empezar, ahora que solo van a ser 33 prendas para 3 meses, parece que vuelven a cobrar importancia las estaciones. No es que antes no la tuviesen, pero en la vida universitaria es típico recurrir a ropa veraniega cuando te estás quedando sin camisetas. Así que el primer paso en la purga del armario es sacar toda la ropa de primavera y verano, así despejaremos inicialmente el armario y podremos ser conscientes mejor de la ropa de invierno que tenemos.

Otra de las cosas que más me costaron durante el experimento navideño fue encontrar looks con los que me sintiese yo misma durante esos días, al final, después de tanto repetir, me dio la sensación de que yo me había perdido tras las prendas. Ahora, lo que estoy haciendo, es ver aquellos looks que me gustan en la calle, en blogs, en amigos o compañeros y pensar, con las cosas que tengo en el armario, cómo podría emularlos.

Otro buen truco que ya no recuerdo dónde leí, es ponerles a las prendas que tienes en el armario un imperdible, y según las vayas usando durante dos semanas, los quitas. Pasado este tiempo, aquellas prendas que conserven su imperdible se van fuera. ¿Drástico? Tal vez, pero ¡sin duda efectivo!

También es importante encontrar la proporción perfecta entre prendas. Cuando en una empresa de moda se plantea una colección, generalmente se suele crear en una proporción de tres prendas de arriba por cada prenda de abajo. Lo único malo es que esto depende bastante de cómo solamos vestirnos.

Yo ya estoy dándole las últimas pinceladas a mi lista. Por ahora tengo en mi proporción hay 2 abrigos, 2 bolsos, 5 pantalones, 2 faldas, 4 pares de zapatos, 6 jerseyes y las restantes 11 prendas serán partes de arriba (incluyendo algún vestido). Aunque parece que está bastante claro, es posible que el número de pantalones sufra recortes, pero aún está por decidir.

Si quereis leer más sobre cómo elegir bien qué prendas se quedan y qué prendas se van, os recomiendo este blog, que propone un ejercicio parecido: Living well spending less.

Proyecto 333

Hace cerca de un mes, por pura casualidad, llegué a la página web de Proyecto 333.  Como explican en su web, se trata de «un experimento que incentiva a juzgar a fondo el contenido de tu armario». Y claro, yo he leído experimento y fondo de armario y me he ido corriendo a explorar la página al completo.

La propuesta, ideada por la creadora de la web valedero.es, consiste en vivir 3 meses únicamente con 33 prendas. Las normas son muy sencillas:

  1. Elegir 33 prendas, zapatos y accesorios  incluidos. No entrarán entre estas 33 prendas ni el pijama, ni la ropa de deporte i joyas que usemos a diario (por ejemplo, una alianza).
  2. Elegir 3 prendas extra que entrarán a formar parte de esas 33 si una es dada de baja (se rompe, la pierdes, etc.). Son las prendas de recambio.
  3. ¡Buscar gente con la que hacer intercambios de ropa!

En el blog de Proyecto 333 encontrarás la experiencia de otros aventureros que ya están viviendo de una forma más minimalista. Por mi parte, ahora mismo estoy tratando de decidir cómo hacer la selección. Aunque llegue un poco tarde me voy a meter en el periodo que han abierto este enero. Cuando tenga más material, ¡yo también estaré actualizando!

El proyecto

Como cada año, con este 2015 llegan nuevos propósitos. Hace unos años dejé de hacer esas interminables listas de (des)propósitos para elegir uno y tratar de ser fiel a él.

El 2014 estuvo dedicado a leer los últimos 25 años de Premios Nobel de Literatura. Si bien no conseguí terminarlos y leerlos todos, sí que descubrí nuevos horizontes y amplié mis conocimientos. Fue, sin duda alguna, una experiencia positiva. ¡Y a día de hoy sigo disfrutando de ella!

Este año espero que me pase lo mismo con este nuevo objetivo: tratar de reducir la basura producida llevando una vida más consciente: cero plásticos, productos ecológicos, reciclaje y upcycling. En este blog iré contando las dificultades que encuentre y cómo resolverlas.

¿Te unes a mí?